Dentro de los espesos bosques nublados de los Andes que contactan con la humanidad, un habitante desapercibido, quieto y expectante, espera a su victima, sin usar colmillos.
Dentro de los espesos bosques nublados de los Andes que contactan con la humanidad, un habitante desapercibido, quieto y expectante, espera a su victima, sin usar colmillos.